
¿Deberíamos hacer terapia de pareja?
A veces tenemos problemas con nuestra pareja, y dudamos de si nos convendría recurrir a la terapia de pareja. Un buen indicativo para saber si sería recomendable es ver el grado de satisfacción que tenemos con nuestra pareja, si existe sufrimiento respecto a la relación, así como el grado de predisposición para realizar cambios que mejoren la relación.
También sería recomendable ir a terapia de pareja si sentimos que estamos dentro de una situación repetitiva que nos genera malestar y sobre la que no sabemos que más hacer para arreglarla. Cuando estamos en pareja, tenemos dinámicas aprendidas, que muchas veces y sin darnos cuenta vamos repitiendo en una espiral que cada vez nos hace sentir peor.
Las situaciones son tantas como parejas, pero existen a nivel global algunas situaciones que indudablemente mejorarían yendo en pareja a terapia:
- Ha sucedido algo que nos resulta muy complicado, si no imposible de perdonar.
- Hay desconfianza hacia la pareja que no sabemos cómo gestionar.
- Tenemos puntos de vista diferentes y encontrados respecto a temas importantes: educación de los hijos, temas económicos proyectos de futuro, relación con la familia no nuclear (abuelos, cuñados, etc.)
- Nos sentimos insatisfechos con la relación que tenemos.
- Sentimos que nos hemos perdido el respeto y las discusiones cada vez son más fuertes.
- Deseamos divorciarnos de manera pacífica.
Frecuentemente me viene a consulta una persona preguntando si un tema concreto debería tratarse desde la terapia de pareja o se podría trabajar de manera individual. los dos enfoques son posibles, en función del problema que sea y de la predisposición del otro miembro de la pareja a trabajarlo.
Debemos pensar en la pareja como un sistema relacional, en el que aunque lo ideal sería que ambos se impliquen en el cambio, desde el momento en que uno de los dos realiza movimientos, las dinámicas de la relación cambian y por tanto, no debemos descartar ir a terapia para tratar problemas de la relación, desde una vertiente individual.
Lo importante es no resignarse a la amargura y a la infelicidad, buscando el cambio y la mejora hacia la alegría, ya sea con el otro o encontrando un camino individual.